A veces pienso que la amistad es algo mucho más complejo de lo que parece, al menos yo la vivo de un modo muy complejo, ahora que aquí revivo mi niñez, me doy cuenta que analizando a mis primeros amigos, se puede interpretar el mismo modo de sentir la amistad que tengo ahora. Yo soy más bien de pocos amigos y muchos conocidos, me es difícil llegar a sentir amistad por alguien, verdaderamente ese “amor de amigo” es algo que me pasa pocas veces, sin embargo, por las personas que lo siento, sería capaz de darle todo lo que necesitasen, por esas (pocas) personas, daría todo mi tiempo, toda mi comprensión, mi dinero, mi casa, uno de mis riñones…todo lo que hiciese falta y verdaderamente no pediría nada a cambio, sé que esa frase suena muy bonita y que el 90% de quienes la repiten, lo dicen con la boca pequeña, pero yo así lo haría de verás. Igual que digo eso, admito que no suelo hacerles regalos por cumpleaños ni por navidad ni nada así, no soy una persona de hacer gestos de cara a la galería.
A los amigos los elijo, por la admiración que siento por ellos, creo que nunca elegí a nadie como amigo por ser buena persona, o por interés alguno, para sentir una autentica amistad creo que siempre he necesitado admirar a esa persona (con las parejas también me sucede) y fue así desde que era niño, cuando empecé el colegio, mi mejor amigo era casualmente vecino de mi bloque y aún siendo un niño ya sentía cierta admiración y estoy seguro que él la sentía por mí. Puede que él no sacara tan buenas notas y no destacara como yo en según qué temas, pero tenía una claro liderazgo natural que resultaba admirable. Yo debía tener algo parecido, por eso creo que éramos tan amigos y realmente a los dos se nos subió a la cabeza, aunque de un modo diferente, mientras yo me aislé un poco en el futuro, él se convirtió en una especie de caudillo, con cierto tufillo, por supuesto después cambio y volvió a ser la excelente persona que siempre fue.
Tengo la intención de no dar nombres en este blog dentro de lo posible y no voy a nombrar a ese niño, porque en realidad no hablo de él, sino de cómo necesito admirar, para sentir lo que yo creo que es verdadera amistad, por eso no voy a excederme en hablar sobre él, aunque en realidad en una biografía de mi vida este niño merecería un capitulo para él solo, sin lugar a dudas. Su importancia es vital en mi forma de ser, fue la primera persona a la que entregué verdaderamente mi amistad, la primera persona fuera de mi familia por la que sentí cariño y creo que en realidad, aunque nunca nos paremos a pensarlo, la primera amistad es como el primer amor, en el sentido de que los que vengan después los comparamos con el primero y yo, a los que han ido siendo en estos años mi mejor amigo, los he comparado siempre con él, es como si de algún modo ocuparan su lugar.
Las amistades más cercanas a mí, no siempre han sido gente admirada por mí, lógicamente ha habido otros que simplemente por el roce, se han convertido en gente importante, ya se sabe que el roce hace el cariño, pero los que tengo estima, porque se portaron bien conmigo, porque estuvieron siempre ahí, porque me hacen reír, porque salen de fiesta conmigo… nunca estuvieron a la altura de los amigos que tuve porque les admiraba, aunque estos que admiré fueron muy pocos la verdad, nunca me puse a contarlos. Los otros, los que he nombrado antes también están en mi corazón, pero sinceramente no están en mi cerebro, no pienso en ellos habitualmente, me estimulan de distinta forma.
Ser amigo mío en realidad es un rollo, para empezar con ellos actúo de geminis que soy, es como si para cada uno de ellos tuviese una personalidad distinta. Si un día se reunieran diez personas cercanas a mí, y hablaran sobre mí, hablarían de diez personalidades totalmente distintas…sé que es algo que suena muy extraño, pero es así y no es que actúe, no es que sea un genial actor, simplemente es que mi mentalidad va cambiando constantemente, así como mi estado de ánimo, sin embargo no me gusta que eso se note y de algún modo cuando conozco a una persona, guardo ese “yo” actual y siempre soy ese “yo” en la forma de tratar a esa persona, por eso esas diez personas hablarían de un Adrián totalmente distinto y todos tendrían razón en realidad y eso que podrían definirme con palabras antónimas, unos me calificarían como persona seria, otras como gracioso, otras como moralista, otras como pecador, otras como guardián de las normas, otras como anti sistema, unas como sensible, otras como frio…¿Cómo se puede ser todo eso a la vez? Pues lo soy…no sé si es trastorno de la personalidad o que, en realidad es hasta gracioso, porque creo que me he dado cuenta el porqué siempre me gusta quedar con una sola persona y es por eso mismo, si estoy con esa diez personas, ¿cómo puedo ser mis múltiples personalidades a la vez?
A veces pienso que eso debe dar una sensación de poca sinceridad, pero realmente no es así, soy todo eso a la vez, realmente soy así, aunque puede que lo que si ocurra, sobretodo según con quien, es que no me gusta mostrar mucho como soy, más de una persona han hablado de mi coraza, y realmente puede que la tenga, pero en la forma de ver el cuento de los demás cuando me quite la coraza, seré completamente feliz, sin embargo en la realidad cada vez que me he quitado la coraza, me han herido y no tengo ninguna gana de volvérmela a quitar por ahora (de hecho esa coraza es la responsable de que en este blog hable de cosas que ya han prescrito y no de lo que me ocurre en el presente) y por más que sepa que puede que no sea bueno para mí, lo cierto es que llevo mucho tiempo sin pensar lo que es mejor para mí mismo y verdaderamente trato de hacer más por los demás sin pensar en que hacen ellos por mí. Extrañamente siento un extraño placer ayudando a los demás y cierto agobio si es otro el que me trata de ayudar a mí, pero con eso no quiero decir que sea un santo, es parte de mi extraña personalidad y confesando una cosa, por más que sepa que no debería decirlo y dándome cuenta de que me vendo fatal he de decir que si yo fuese otra persona, jamás sería amigo mío. Aún y así y en otro giro de mi contradictoria personalidad voy a defender mi forma de sentirla, porque lo cierto es que algunos de mis amigos (sobretodos los que más suelen llenarse la boca hablando de su amistad pura) miden la amistad en lo bien que te portes con ellos…yo no acabo de entender eso, a ver lógicamente entiendo que si alguien se está desangrando y un amigo dona su sangre y con ello se le salva la vida, le estés agradecido, pero no entiendo que le valores más como amigo, porque por esa regla de tres, deberías amar a los que colaboran con la cruz roja más que a nadie. Quiero decir que si ese amigo a quien tienes en gran estima, tiene miedo a las agujas y no dona sangre para salvarte, no deberías sentir menos amistad por él ,a causa de eso, o al menos eso creo yo, no creo que la amistad deba demostrarse a cada momento, está y punto. Yo desde luego no espero nada de mis amigos, por eso nunca podrán defraudarme. Si pensáramos más en que podemos hacer por los demás y menos en lo que los demás podrían hacer por nosotros, el mundo iría mucho mejor. Pero la mayoría no busca eso en la amistad, en los amigos buscan el 90% alguien que les entretenga, alguien con quien compartir penas y a los que no siempre llaman para compartir las alegrías, pero así es la vida y en realidad la mayoría de gente que dice lo gran amigo que soy, sólo me está utilizando, probablemente sin darse cuenta. Sin embargo los que no hablan tanto, ni tratan de mostrar tantos sus sentimientos, se comportan como amigos infinitamente más que los otros.
Los que te utilizan (ya digo que sin darse cuenta seguramente) no tienen impedimentos en si un día no estás a la altura, decirte lo mal amigo que has sido, a pesar de que eso vaya a hacerte daño ¿entonces ellos que dicen cosas sabiendo que te hacen daño, son los que son buenos amigos?...yo tengo amistades que creo que se han portado mal conmigo a veces, sin embargo nunca se lo diría porque no me gustaría hacerlos sentir mal y no creo que eso sea ser falso, simplemente prefiero guardármelo dentro, prefiero sufrir yo antes que los demás, aunque no digo que eso sea lo correcto. Antes siempre decía lo que pensaba y no lo que los demás querían oír, ahora estoy en una zona intermedia, sé que decir lo que pienso es hacer daño a según quien y eso si que estoy completamente seguro que no es bueno.